La capilla se edificó para Ntra. Sra. De Belén y de allí su nombre. Pero en 1717 colocóse también allá la milagrosa imagen del Santo Ecce Homo obsequiada por doña Jerónima de Velasco, del oratorio privado de su residencia y desde entonces se le venera en altar propio. Por hallarse carcomida por el comejen y ser peligrosa su movilización en las procesiones, se optó por hacerle una reproducción, trabajo que realizó el afamado artista español José Ascencio Lamiel en 1962, con notable parecido al original.
La imagen del Santo Ecce-Homo desfila desde 1681 en las procesiones de Semana Santa.
Junto a este iglesia funciona la Casa de Jacob, construida por los padres Carmelitas y ocupada a partir de 1951 por los padres Sacramentinos.
Al templo se asciende por un camino de escalinatas empedradas que contiene a lo largo de él esculturas alusivas a las estaciones de Jesucristo hacia el Calvario, camino denominado "los Quingos".
En la plazuela se alza desde 1789 una imponente cruz elaborada en piedra de cantera por Miguel Aguilón, un conocido artesano payanés. En su pedestal figuran grabadas estas cuatro curiosas inscripciones:
al norte: "Vna Ave Ma. a la M. de Miseriª. pª Q. no sea total la ruina de Popayán. Al este: Un P.N. a Jesús P. Q. nos libre del comején Año 1789. Al sur: Un P.N. a Sn. Joseph P.Q. nos consiga una buena muerte". Y al oriente: Un Ave Ma. a Santa Bárbara P. Q. nos defienda de los rayos. Me fecit. Michael Aguiloniam.